Oblivion Is The Only True Death

3/11/2007 04:54:00 a.m. Posted by Azrael

En pocas palabras, aquellos que son recordados para siempre obtienen la inmortalidad, incluso cuando sus cuerpos se marchiten, y se vuelvan polvo como todo en este mundo. y como ser olvidado es lo mismo que morir, en esta ocasión pienso traer de vuelta a la vida algo que dejé muerto, es decir, olvidado en mi blog de MSN. es uno de los recuerdos que aún mantengo en mi mente debido que fue una de las etapas clave de mi vida, y me sentiría más que honrado en compartirla con ustedes, mis dos lectores, haha.

Empezamos...

Una Pequeña Historia Real (1a Parte)
En lo poco que llevo en este plano existencial, me he dado cuenta que en cuanto a relaciones se trata, casi siempre hay una serie de reglas predefinidas que si bien nadie se ha atrevido, o se ha puesto a descifrarlas, son imperativas y permanentes (aunque claro, siempre hay excepciones) dentro del comportamiento sociológico de la especie humana:

Regla No. 1: Por lo general, las mujeres nunca dan el primer paso, y cuando lo dan, es porque les gusta jugar al cazador, sabes a lo que me refiero?

Regla No. 2: Casi siempre las mujeres buscan cosas inexistentes en los hombres por los cuales se sienten atraídas, que por lo tanto las obligan a buscar y buscar sin encontrar nada

Regla No. 3: Cuando al fin Encuentran eso que buscaban, después de un tiempo terminan aburriéndose de eso que tanto buscaban y que al fin tienen, lo cual me lleva a la siguiente regla

Regla No. 4: Los Hombres Siempre dan el primer paso, más que nada por la regla #1 y porque si no lo hacen, se sienten menos por no comportarse como los demás en su especie.

Regla No. 5: Casi siempre buscamos algo en las mujeres que realmente no existe, o al menos lo tenemos que ir cultivando con un esfuerzo mutuo, por lo cual casi siempre terminamos rindiéndonos

Regla No. 6: Igual que las mujeres, cuando al fin lo encontramos, terminamos aburriéndonos de aquella relación, fijándonos entonces una meta distinta, cayendo todos en el mismo ciclo vicioso que nos gusta llamar "Amor"

Debido a que no me gusta seguir esa clase de reglas, mis experiencias en este aspecto de la vida han sido por demás infructíferas (en pocas palabras, un Desastre). y en unos momentos les voy a contar una de mis mejores anécdotas (Que por cierto también es uno de mis mayores fracasos) en cuestión de "Amores": (Nota: Los diálogos están un poco arreglados para no mostrar las palabrotas a las que ya estoy acostumbrado a escuchar y decir, ok? no crean que todos hablamos tan correctamente)

Fue hace un tiempo, mucho antes de que yo llegara a pensar en entrar a trabajar en una fábrica (Dígase Starion) cuando Joven, sin trabajo ni planes para el futuro, deliberaba sobre mi vida. En ése tiempo no me reconocerías, era mucho más gordito (hehe) además de que mi actitud hacia la vida era muy diferente; recién habíamos corrido a mi padre de la casa debido a su irresponsabilidad y sobre todo porque nos hacía más mal que bien, en fin. Ésa era la primavera del año 2003; y la mayor parte de mi atención se enfocaba hacia la familia. Debido a la falta de la principal parte de los ingresos en la casa, mi hermana había entrado a trabajar en Merkafon, donde para entonces ella ya pertenecía al Depto. de Calidad, yo acababa de salirme de la Gasolinera, más que nada por falta de entusiasmo de mi parte "y" a que yo sabía que ese puesto no era para mí, aunque ya me habían subido a encargado del turno de noche, y había tentativas ofertas para ser Gerente, pero en fin, lo de la gasolina no era mi negocio. Habían Pasado casi tres meses, y yo desempleado, Con el cabello tan largo que lo tenía en cola de caballo, y sin realizar esfuerzos por conseguir otro trabajo; debo admitir con cierto arrepentimiento que disfruté ese poco tiempo para relajarme y tratar de no pensar en mis problemas, lo cual obviamente era una falacia; en mi casa no se hablaba de otra cosa que no fueran problemas, y la fuerte presión que ejercía mi madre sobre mi necesidad de conseguir empleo, me obligó a empezar a buscar uno. Realmente no tuve que buscar mucho; ya que mi vecina, Claudia, trabajaba como acomodadora en un Waldo's Mart cerca de la casa (Dios Bendiga la suerte del Mexicano). Ella me ayudó a aplicar en un puesto, el cual acepté renuentemente, ya que tenía que fungir como guardia de Seguridad. Una de las Ventajas era que la gente me veía como figura de autoridad, además de que el único contratiempo era la imposibilidad de sentarse, al menos no durante el turno, que era de 12 horas diarias con un sólo día de descanso entre semana, para acabarme de amolar, pero al fin y al cabo, era un trabajo por el cual me pagaban. La primer semana en el trabajo fue algo agotador, nunca había estado parado durante tanto tiempo en mi vida, así que era obvio que mis pies estaban a punto de estallar, sin olvidar que las tareas del guardia de seguridad eran además de vigilar, también era de eliminar las mermas, contabilizarlas, ayudar en paquetería (Bolsas, mochilas, etc.) y Recibir la Mercancía de los Proveedores. En este empleo aprendí muchas cosas sobre mercadeo y presentación estratégica de productos clave en un mercado, además de Manejo de Almacenes, inventarios y Transporte.

La segunda semana fue semana de pago, porque además me pagaban por quincena; mi jefe me pidió que cortara el pelo, a lo cual tuve que acceder para no perder mi empleo, y desde entonces uso el mismo peinado que uds. conocen. Mi primer pago, y todo lo tuve que entregar en casa, sobre todo para pagar recibos y comprar los víveres, que nunca parecen ser suficientes. Ya me había acostumbrado a los turnos y a las tareas, y en ese tiempo mi atención se comenzó a posar sobre las relaciones personales; compañeros de trabajo, socializar con mi jefe, etc. Las paqueteritas ya me llamaban por mi Primer Nombre (Recalco esto porque casi nunca lo hacen, hehe), y mi jefe comenzaba a comentar que pronto habría un puesto disponible para supervisión, lo cual realmente no me interesaba, pues se trataba de ir de tienda en tienda revisando que los guardias y los acomodadores estuvieran haciendo su trabajo, y la idea nunca me gustó en realidad. Fue en este tiempo cuando comencé a interactuar con mis compañeros y compañeras de trabajo. Casi todos pertenecen o pertenecían a la clase social media alta, lo cual me pareció conveniente, ya que los típicos temas de conversación se trataban de algo más entretenido que de trabajo o relaciones personales, es decir, no eran típicas conversaciones triviales y sin sentido; que por lo mismo no me parecen ideales para formar nexos con las personas.

En fin, para entonces, ya conocía a todos en el lugar y el trabajo ya no parecía trabajo (siempre parece que hago eso) y me encontraba en un punto en el cual todo parece ir bien, hasta que un día de Marzo....

Yo me encontraba parado como zombie en el área de paquetería, en parte para no aburrirme, y en parte para hacer reír a las paqueteritas, que para entonces ya me habían agarrado de su payasito, lo cual me ayudaba a pasar el tiempo; y en ese justo momento, noté que alguien entraba.... Debido al encandilamiento no pude ver bien quien era, pero en ese momento pensé que era un jovencito que entraba a comprar, cuando escuché su voz por primera vez....

"Disculpa, con quién puedo dejar esta solicitud?" decía una clara y un tanto quebradiza voz: "Vengo a pedir jale y no sé con quién hablar". -Bueno, si quieres, déjame la solicitud, yo la paso a "Recursos Humanos"- dije mientras señalaba la Bodega, y me reía por dentro. Nosotros te hablamos en unos días. Cuando empecé a fijar la mirada, la pude ver bien, era una chavita como de mi estatura, con el rostro fino y silvestre, es decir, sin maquillaje ni nada, y el pelo cortito, como de niño con el pelo largo, me entiendes? además de que era delgada, pero sin llegar a ser flaca, eso sí lo pude notar entre su ropa un tanto holgada. "Ok, entonces luego vengo, cuando me llamen" dijo mientras sonreía y me entregaba el documento para que yo lo guardara en un lugar especial en paquetería. "Órale, si quieres, pasa a la tienda para que te vayas acostumbrando al lugar" dije un tanto soñoliento mientras la recorría con los ojos (perdón, soy hombre) y pensaba que no estaba tan mal para mis gustos....

Ahora debo comentar que otra de mis tareas como guardia de seguridad era también la de reclutamiento y entrevistar al personal, lo cual casi nunca sucedía, pero me encargaba de entregar solicitudes al gerente para el final del día. lo más gracioso del asunto es que se me olvidó entregarlas ese día, a lo cual me acordé hasta el siguiente día.

Había olvidado el asunto y seguió hasta entonces mi divertida rutina. Exactamente 3 días pasaron cuando llegó el gerente para decirme: "Muy bien, Jorge: el día de hoy tenemos un nuevo integrante en el equipo, Acabo de hablar con "ella" por teléfono y va entrar hoy en el turno de 3 a 11 así que ponte listo; para cuando llegue Diana, le das un "Tour" y le explicas más o menos lo que va a hacer". -"Ok, a qué área va la muchacha?" pregunté sin mucho afán, ya que además de reclutamiento y entrevistas, también tenía que dar capacitación.... -"Principalmente acomodando las góndolas y el área de perfumes (que en realidad era un pasillo lleno de perfumitos, productos para el cabello, y desodorantes de 15 pesos ^^). -"Ok, no hay problema, yo le doy su "Capacitación", - Enfaticé la palabra para hacer saber al gerente que yo no debería estar haciendo esto, o que al menos no por lo que me pagaban.... "Ok, luego hablamos de tu nuevo "puesto", me dijo mientras me daba una palmada en la espalda, entendiendo ambos perfectamente nuestras indirectas. Para entonces apenas eran las 11 de la mañana, ya que ese día me tocaba el turno de 7 a 7, y me relevo llegaba a las 3 y se iba hasta las once, a lo cual era pensado en las horas pico de la tienda, lo cual funcionaba a la maravilla. pero luego entramos en detalles, mientras continúo con el relato:

Llegaron las 3 de la tarde, y llegó la nueva "recluta": Era la chava del otro día, lo cual no me sorprendió del todo, ya que era la única mujer en dejar solicitud en la última semana. Entró a la Tienda con el típico uniforme rojo y negro requerido por la compañía, un pantalón de vestir que a mi ver no le favorecía en nada, ya que era bastante holgado, de hecho era un pantalón de hombre, y su camisa tipo Polo también le quedaba algo grande, en mi primera deducción la ropa se la habría prestado algún hermano suyo, por lo cual ella también se veía poco femenina, lo cual me pareció algo gracioso y también me provocó cierta incertidumbre, ya que me cruzó una idea bastante extraña por la cabeza, pero en fin, sigamos con el cuento:

"Hola! sigues aquí?" me dijo en un tono entusiasta, casi fanático con su fina y quebradiza voz: "Sí, si crees que no tengo dónde vivir..." le contesté en un tono muy sarcástico, demasiado para mi gusto... ella soltó una carcajada dejando ver su perfecta dentadura, no en el hecho de que se la hubieran arreglado, sino que se veía en armonía con su persona, es decir; su sonrisa no resplandecía, pero era muy derecha y sin espacios evidentes entre cada incisivo, ni los demás dientes, lo cual me pareció realmente inusual.... En fin, le di el famoso "tour", le presenté a los empleados del turno, le indiqué las áreas de interés, como el comedor, y no podían faltar los baños, le mostré las áreas de la tienda y le mostré donde iba a pasar el resto del día. Ése día pensé que se encontraba bajo el efecto de potentes estimulantes, ya que andaba por todos lados como avispa, moviendo aquí, limpiando allá, vendiendo esto, poniendo aquello, en fin, parecía una demente, además de que encontraba tiempo para regresar a paquetería y hacerme reír con sus Comentarios.... en éste párrafo debo hacer una pausa para hacerte saber que hay pocas personas que realmente me pueden hacer reír, y no es que yo sea un pesado, sino que mi sentido del humor es muy extraño, y mucho menos las mujeres que lo pueden lograr... no me lo tomes a mal, simplemente así es mi naturaleza.

EL caso es que ella sí me hacía reír, lo cual hizo que me llamara la atención, lo segundo fue que rápidamente se hizo amiga de mi vecina, quien seguía trabajando ahí, la cual usualmente nos invitaba a mí y a Diana a su casa cada viernes, para "platicar". Desde el principio supe que sólo era una excusa de mi vecina para encandilarme a Diana, aunque me gustaba seguirles el juego; no podía negar que me llamaba la atención esta niña casi sin modales, que se la pasaba todo el día como niño hiperactivo, haciéndome reír con sus tonterías y yo también haciéndola reír hasta el dolor abdominal, así que también yo iba todos los Viernes a casa de Claudia, mi vecina. En aquellas noches, nos poníamos a platicar de cosas divertidas, aunque hubo noches en las que ellas se ponían a cantar, y yo me la pasaba riéndome de ellas mientras las arremedaba, hasta que a Diana se le ocurrió la de la noche: "Cántame una canción!!" me decía mientras yo la miraba como alguien que ve a un loquito o a un niño chiquito... -"Ok, pónganme una canción..." -"Una de Sin Bandera!" Casi gritaron al unísono cuando me preparé con la de Te Vi Venir. Algo extraño sucedió en ese momento, al cantar la canción no pude apartar la vista de sus ojos, lo cual me puso realmente nervioso, pero al mismo tiempo me dieron más ganas de cantar con todo el sentimiento que acompaña la canción. Ella estaba seria, con los ojos bien abiertos, y tampoco podía dejar de verme, para esto estábamos los tres en la salita de la casa de mi vecina a unos cuantos centímetros de distancia. Puedo decir sin miedo al dolor que me produce el recuerdo que sentí algo que nunca en mi vida había podido experimentar, y no creo poder volver a hacerlo... fue una conexión entre los dos a través de la mirada, que me hizo sentir un calor en el estómago, al mismo tiempo que mi ritmo cardíaco se aceleraba cada vez más y más, hasta llegar a un punto en el que sentía que gritaría, todo en unos cuantos momentos. Al terminar mi canción, la sala se llenó de un incómodo silencio mientras mi vecina trataba de encontrar algo que decir para evitar esa sensación tan extraña. Yo le gané diciendo: "Válgame, ya son las dos! me tengo que levantar temprano, me toca el turno de día! nos vemos mañana, ok?" y mientras me disponía a salir corriendo de ahí, Diana dijo en un tono casi triste: "Ya es muy tarde y no me quisiera ir sola, me acompañan a la avenida a tomar un taxi?" Justo en ese instante mi mente se quedó en blanco, y pensé que al menos debería acompañarla a tomar el taxi. "Pues yo ya tengo mucho sueño, dile a Jorge que te acompañe" Dijo perezosamente Claudia mientras bostezaba. Accedí como no queriendo, pues me preocupaba un poco el legar desvelado al trabajo, pero por otro lado me intrigaba lo que pudiera llegar a pasar en esos momentos. Cuando llegamos a la avenida, ella estaba rara, pensativa. Le pregunté si se sentía bien, pues en estas pequeñas reuniones solíamos beber vino o cervezas, dependiendo de la disponibilidad del producto. "Sí, estoy bien, pero no me quiero ir sola a mi casa, me acompañas en el taxi? la otra vez me tocó un señor muy mal encarado y me quedé traumada con eso". solté una pequeña carcajada y accedí de buen modo, de cualquier forma tenía los recursos para hacerlo. cuando por fin conseguimos un taxi, sin darme cuenta hice algo que rara vez sucede cuando abordo un auto: me senté en la parte trasera, junto con Diana; lo cual me extrañó, pues siempre me siento adelante. Le tomó 30 minutos al conductor, que a mi forma de ver también estaba muy mal encarado, en llegar a la casa de Diana. Ella le había dado las instrucciones y mientras íbamos en el auto, ella se quedaba medio dormida, o al menos eso parecía, y se recargaba en mi hombro; agradeciendo en mis pensamientos que el camino no era accidentado, de hecho, estaba bastante libre de saltos y baches, así no la golpearía en la cara con mi hombro, hehe. Al llegar a su casa, nos bajamos del auto, y como siempre, yo me bajé primero para ayudarla a salir del vehículo, a lo cual ella cooperó con evidente sorpresa en su rostro. Al parecer ella no estaba acostumbrada a esta clase de trato, pero no le puse tanta importancia en el momento. Le pagué al taxista, lo cual también la sorprendió, y me dispuse a encaminarla entre la calle de su casa. "Mi casa está cerca, vamos a caminar para despejarnos un poco, no?" Decía mientras yo apena iba a protestar por bajarnos antes. Mientras caminábamos por la amplia banqueta de su colonia, yo observaba los árboles de las casas, tan Grandes y verdes, rebosantes de hojas, que cubrían por completo la calle, haciendo como un techo verde y oscuro durante las noches, dándole un toque apacible y sereno al lugar. El viento era ligero y fresco, provocando un suave murmullo en las ramas de los árboles, lo cual me pareció un sonido exquisito. Habiendo dejado las preguntas básicas en los primeros días de su empleo en el mini-super, diana me volteó a ver y me preguntó: "Por qué no tienes novia?" lo cual me agarró casi por sorpresa, y digo casi porque ya sabía a dónde iba la conversación. "Hay muchas razones. Primera que en estos momentos debo mantener a mi familia; lo cual no es tanto una razón sino una excusa. Segundo que no tengo novia porque simplemente no he buscado una, y estoy seguro que si me pongo a buscar, me va a tomar mucho tiempo encontrarla, así que en este momento estoy bien así, aunque creo que ya ni siquiera tengo que buscar.... y tú? tienes novio, esposo, amante, quizá?" Ella soltó una ligera risa dejando ver nuevamente su sonrisa perfecta mientras parecía preparar algún otro comentario gracioso para contrarrestar mi broma: "Bueno, acabo de terminar con un tipo que realmente no valía la pena, por lo cual no tengo problemas si me llega algún pretendiente por ahí...". Justo en ese momento se me prendió el foco y tuve, realmente tuve que decir: "Entonces ya nos fregamos, Yo sin buscar vieja y tú esperando que lleguen solos..." a lo cual los dos nos reímos bastante fuerte. al recuperarnos de la risa, suspiramos al mimo tiempo, y en ese momento sucedió lo que todos esperan en la película romántica: El silencio, las miradas, el acercamiento, y un largo y apasionado beso. Tengo que confesarte que en ese momento pensé que moriría, mi corazón iba a mil por hora, y casi no podía respirar, pero no sé qué paso que logré separarme un momento y le dije: "Estás segura de esto?" -"Mira mis ojos y dime si no estoy segura...". Tenía la misma mirada que hace unos minutos en casa de mi amiga, esa mirada pura y silvestre que me inundó el corazón mientras cantaba la canción sólo para ella....

Lo que más recuerdo es que su casa estaba justo frente a nosotros cuando nos besamos, y se despidió de mí con ése saludo que usamos lo jóvenes, cuando chocamos las manos abiertas y luego con el puño cerrado, lo cual me hizo reír de nuevo, se metió a su casa, y yo me fui a la avenida, a esperar un taxi....

Ésta es la primera parte de una historia que empieza bien y termina horriblemente mal, pero falta una segunda parte...